Por Ramiro Javier Lozano | Para Hora 25 Cultura
Leonardo de la Caridad Padura Fuentes, es un novelista y periodista cubano, conocido especialmente por sus novelas policiacas del detective Mario Conde. Para muchos, es el escritor cubano vivo más importante, el más vendido. Sus libros son un suceso nacional. Leonardo Padura sigue viviendo en Cuba a pesar de ser un crítico del gobierno de la isla.
De hecho, Leonardo Padura sigue viviendo en la misma casa del barrio de Mantilla, uno de los diez Consejos Populares del barrio de Arroyo Naranjo, en el territorio de la provincia de La Habana, donde nació en 1955, cuatro años antes del triunfo de la Revolución Cubana. Hijo de padre masón y madre católica, Padura dice que ambas enseñanzas fueron muy importantes para él. «Con ellas aprendí algunos de los principios éticos que me han guiado en mi vida».
La Revolución Cubana afectó a su familia de muchas formas. Su padre era propietario de un pequeño comercio que pudo vender en el año 1959. De esa posición de una pequeñísima burguesía media pasaron a ser absolutamente proletarios. Su padre siguió siendo masón y eso era algo no bien visto, por el régimen castrista, igual que la religión. El drama del exilio también marcó a su familia, sobre todo paterna, que comenzó rápidamente a emigrar de Cuba, pero su padre decidió permanecer en Cuba y refiere Padura, que estaba haciendo mi carrera universitaria por allá en los años 70, le pareció lo más normal del mundo seguir viviendo y trabajando en Cuba, sin que eso significara un trauma.
Comenzó su carrera como periodista en 1980 en la revista literaria El Caimán Barbudo; también escribía para el periódico Juventud Rebelde. Más tarde se dio a conocer como ensayista y escritor de guiones audiovisuales y novelista. Su primera novela Fiebre de caballos, básicamente una historia de amor, la escribió entre 1983 y 1984.
Pasó los 6 años siguientes escribiendo largos reportajes sobre hechos culturales e históricos, que, como él mismo relata, le permitían tratar esos temas literariamente. En aquel tiempo empezó a escribir su primera novela con el detective Mario Conde y, mientras lo hacía, se dio cuenta «que esos años que había trabajado como periodista, habían sido fundamentales» en su «desarrollo como escritor». «Primero, porque me habían dado una experiencia y una vivencia que no tenía, y segundo, porque estilísticamente yo había cambiado absolutamente con respecto a mi primera novela», explica Padura en una entrevista a Havana-Cultura.
Las novelas policiacas de Padura tienen también elementos de crítica a la sociedad cubana. El escritor habanero se sirve del relato para filtrar la realidad social cubana. Al respecto, el escritor ha dicho: «Aprendí de Hammett, Chandler, Vázquez Montalbán y Sciascia que es posible una novela policial que tenga una relación real con el ambiente del país, que denuncie o toque realidades concretas y no sólo imaginarias».
Tiene también novelas en las que no figura Conde, como El hombre que amaba a los perros (2009), donde las críticas a la sociedad cubana alcanza sus cotas más altas. Gran parte de ese salto a la fama se lo debe a esta novela y desde allí no para de ganar lectores y premios, en Cuba y en Francia, en México y en España. Pero en Argentina ha ocurrido algo curioso, la difusión de esa obra se hizo de boca en boca.
Así, Padura es hoy el autor más vendido de Tusquets en Argentina, superando a Milan Kundera, a Henning Mankell o el mismo Haruki Murakami. En El hombre que amaba a los perros, Padura desanda los caminos del asesinato de Trotsky. Indaga este hecho crucial para el siglo XX a través de la víctima y su victimario, Ramón Mercader. Lo hace desde una perspectiva cubana, la suya, un autor que siempre vivió en La Habana. Pero es un libro universal.
«Me llevó 5 años escribirlo, con una búsqueda documental intensa y extensa. De Trotsky había abundante información, de Mercader casi nada», recuerda en una entrevista que le hiciera el diario Clarín en 2014.
¿Por qué eligió contar esta historia? Padura dice que allí puede haber algo de nostalgia, pero también del resentimiento que le provocó encontrar a los culpables. «De pronto entendí algunas de las razones por las que se pervirtió la utopía. El papel del stalinismo, la herencia de su figura, fue algo terrible», dice, y lo asume en carne propia. Está hablando de una revolución traicionada cuando cuenta la muerte de Trotsky.
Para motorizar la historia, Padura inventó al escritor Iván Cárdenas Maturell, quien en 1977 conoce a un tal López, un enigmático personaje que pasea por la playa dos hermosos galgos rusos, un hombre dispuesto a confiarle los detalles más profundos de la vida de Ramón Mercader, el verdugo de Trotsky. A través de Iván, el escritor cubano que es el narrador omnisciente de la historia, Padura busca explicar a Mercader al mismo tiempo que se va acercando a la figura de Trotsky cuya magnitud lo envuelve y enamora a la vez. Liev Davídovich Bronstein, Trotsky.
Mientras investigaba para este libro, iba sumando bronca el cubano. «Encontré un documento que me conmovió. Un editorial de un periódico mexicano comunista de los años 30, estalinista claro, celebraba la muerte de Sandino. Decía que había muerto como un pequeño burgués, y solo como un perro, porque la visión de Sandino violaba los códigos que se querían imponer a través de la Tercera Internacional. Cuando ví esa mezquindad empecé a preocuparme por esas historias perversas».
Sostiene Padura que uno de los problemas que tiene la literatura cubana es su falta de universalidad. Esa es su gran preocupación, algo que aprendió de Alejo Carpentier, que a su vez lo había tomado de Miguel de Unamuno. Celebra que en la isla la literatura tenga hoy un espacio mayor que la prensa en Cuba. Pero sufre la falta difusión.
«Cuando alguien en el año 2040 lea una de mis novelas y lea un periódico Granma va a pensar que se trata de dos países diferentes. Y creo que el país mío se parece más a la realidad que el del periódico», advierte. Y suma que ese es un problema que el propio Gobierno cubano critica. Padura ha escrito también guiones cinematográficos, tanto para documentales como para películas de argumento.
El primero de abril de 2017, el escritor y periodista, estuvo de visita en Girona, España, para participar en el Festival de Literatura MOT. El festival es un hito cultural que nació en 2014 y en sólo tres ediciones se ha erigido como un referente en el programa de actividades literarias de Cataluña gracias al acierto de poner de lado dos valores esenciales para el festival: la calidad y la proximidad. En el marco de este Festival, Leonardo Padura conversó con Daniel Rodríguez.
Publicar un comentario