El Clan:
Una siniestra familia
que secuestraba a sus conocidos
Por Damián A. Medina | HORA 25 CULTURAL
Guillermo Francella y Peter Lanzani encarnando a Arquímedes Puccio y su hijo Alejandro
El Clan está inspirado en una historia real que conmovió en la década del 80. En la intimidad de la casona de Martín y Omar al 500, en pleno San Isidro, el contador Arquímedes Puccio pensó una manera fácil de obtener dinero. Concibió la siniestra idea de secuestrar a empresarios conocidos, cobrar el rescate y después matarlos. La confianza que daba a sus víctimas ser una cara familiar funcionaba como una trampa para atraparlos y, al mismo tiempo, era una sentencia de muerte para ellas. Entre los secuestrados había incluso compañeros del equipo de rugby Club Atlético de San Isidro, donde jugaba Alejandro, uno de los hijos de los Puccio, quien ayudó a planear y ejecutar los raptos.
La escena del crimen
Los Puccio mantuvieron a sus secuestrados encerrados en casa. Los Puccio, tenían un local de artículos de deportes náuticos en la planta baja de su vivienda, ubicada en Martín y Omar al 500. También eran dueños de un bar que funcionaba en el edificio de al lado. A Arquímedes, jefe de la familia, se lo veía permanentemente barriendo la vereda, a cualquier hora. La suya y la del frente. Le decían «el loco de la escoba». Pero esa conducta aparentemente excéntrica era la fachada que ocultaba algo siniestro que saldría a la luz años más tarde: el verdadero negocio de los Puccio eran los secuestros extorsivos. Arquímedes barría para tapar los ruidos que provenían del sótano en donde retenían a sus víctimas. La prensa los denominó el Clan Puccio, teniendo en cuenta que los secuestros estaban comandados por un contador público, que había llegado a ser vicecónsul. Un personaje que tuvo en vilo a la policía por la ola de secuestros, que fue muchas veces interrogado y hasta condenado a reclusión, aunque finalmente fue liberado.
La banda había debutado el 22 de julio de 1982, con la captura del empresario Ricardo Manoukian. El joven de 24 años, hijo de los dueños de la cadena de supermercados Tanti, estuvo atado nueve días en la bañera de la casa de los Puccio hasta ser asesinado de tres tiros en la nuca. Lo mataron a pesar de que su familia había pagado el rescate. Alejandro, se demostró más tarde, fue su entregador: eran amigos.
La segunda víctima fue el ingeniero Eduardo Aulet, otro conocido de Alejandro del ambiente del rugby. Lo capturaron el 5 de mayo de 1983 en Libertador y Austria. Su familia pagó 100 mil dólares de rescate, pero los Puccio lo asesinaron apenas cobraron. Su cuerpo recién apareció cuatro años después.
El empresario Emilio Naum, dueño de la firma de ropa y zapatos Mc Taylor, también tenía el destino marcado por el clan. El 22 de junio de 1984 paró su auto cuando vio que Arquímedes, a quien conocía, le hacía señas. Se resistió y acabó muerto en un forcejeo cuando estaban secuestrándolo; y la empresaria Nélida Bollini, que fue hallada con vida en la casa de los Puccio en la redada que puso fin al clan, en agosto de 1985.
Arquímedes Puccio en el momento que es detenido por efectivos policiales
Los Victimarios
Arquímedes Puccio, ex diplomático —llegó a ser vicecónsul— y alumno de la Escuela Superior de Conducción Política del Partido Justicialista, no actuó solo. Reclutó a distintos conocidos y a sus dos hijos varones: los rugbiers del CASI Daniel y Alejandro, quien llegó a jugar en Los Pumas. La banda de la siniestra familia cayó el 23 de agosto de 1985, cuando la Policía montó un operativo para liberar a Nélida Bollini de Prado de la casa de San Isidro. Allí arrestaron a Alejandro Puccio y a su novia, quienes estaban en el lugar cuando ocurrió el allanamiento. También detuvieron a las dos hijas mujeres de Arquímedes y a su esposa, aunque luego las liberarían.
El patriarca del clan Puccio, Arquímedes, fue condenado en 1985 a cadena perpetua pero acabó saliendo de prisión 12 años después por un programa de beneficios penitenciarios, y falleció en 2013. Alejandro, también condenado a cadena perpetua, murió en 2008 por una neumonía tras haber protagonizado varios intentos de suicidio. La madre del clan, Epifanía, nunca fue condenada porque no se pudo probar su participación y se cree que vive en algún lugar de Buenos Aires. Del resto de la familia, uno de los hijos, Daniel «Maguila», que fue arrestado cuando iba a cobrar un rescato pero nunca cumplió su pena, se fue del país y no se sabe con seguridad donde está. El otro varón, Guillermo, se fue de Argentina cuando la familia tenía encerradas a sus víctimas en casa. Y de las dos hijas, Silvia murió en 2011 y Adriana era una adolescente cuando se descubrieron los crímenes de sus familiares.
La Película
Estos crímenes llegaron este año a la pantalla del cine de la mano del director argentino Pablo Trapero y su nueva película: El Clan. El apellido Puccio despierta pavor aún hoy día. Y sin embargo, miles de personas sienten un morboso interés por conocer los horrores que este clan familiar escondían en su casa. El Clan, se ha convertido en todo un fenómeno social en nuestro país superando el millón de espectadores en menos de dos semanas de proyección. La película narra la vida de la familia Puccio —con el siniestro Arquímedes Puccio a la cabeza— en la que varios miembros fueron condenados por participar en los años 80 en una red de secuestros extorsivos, manteniendo a las víctimas encerradas en la propia casa donde vivían. Tres hombres murieron y una mujer fue rescatada de manos de los Puccio.
Además de contar con una historia tenebrosa y de haber recibido buenas críticas -y una gran dosis de promoción publicitaria- el Clan tiene en su elenco a dos de las figuras más reconocidas del país: Guillermo Francella, uno de los actores más taquilleros de Argentina, a quien la revista estadounidense Variety define como la mayor estrella del cine nacional junto a Ricardo Darín, da vida a Arquímedes Puccio, ex miembro de los servicios de inteligencia argentinos que lideró la banda de secuestradores. Por su parte, Peter Lanzani, interpreta a Alejandro Puccio, el rugbier que fríamente ayudó a capturar a algunos de sus compañeros de equipo, sin despertar la sospecha de sus amigos.
Pablo Trapero, el aclamado director de «Leonera», «Carancho» y «Elefante blanco», regresa al Festival de Venecia en la competencia oficial, en donde ya presentó en 1999 su ópera prima, «Mundo grúa».
Pablo Trapero, el aclamado director de «Leonera», «Carancho» y «Elefante blanco», regresa al Festival de Venecia en la competencia oficial, en donde ya presentó en 1999 su ópera prima, «Mundo grúa».
La Serie Televisiva
Tal es el éxito de la historia que hasta se prepara el lanzamiento de una serie televisiva donde se desarrolla la vida de esta familia, titulada Historia de un Clan. Esta vez, con distintos actores, pero igualmente reconocidos en el país: Alejandro Awada, que interpreta a Arquímedes, Cecilia Roth como la madre de la casa, Epifanía, y "El Chino" Darín (hijo de Ricardo Darín), como Alejandro.
El Clan competirá en septiembre por el codiciado León de Oro en la nueva edición del Festival de Venecia, el decano del mundo del cine, después de haber superado en su estreno a todas las películas argentinas de éxito y a grandes producciones de Hollywood como la más reciente entrega de Misión Imposible, con Tom Cruise.
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